"Tropezando con Sueños y Dejando atrás mis Sapos"
martes, septiembre 16, 2008
He gastado amores, y cuentos de hadas, me han vendido varias veces la historia de la princesa que besa al príncipe encantado y me quedé con el sapo. Si, he tenido tantos sapos que puse una charca en casa, para cuidar de ellos, pobres sapos…..:
He desgastado mis uñas, arañando tiempo al tiempo, he hecho rizos de mis rizos, he puesto en casa un estanque lleno de lagrimas que tal vez yo merecí, que tal vez los sapos nunca debieron merecer… las he dejado para que de vez en vez se ahoguen en ellas, y lloren las lagrimas que hoy no merezco, que merecen hoy.
He bailado, con otras amigas de lo ajeno, he sido amiga de lo ajeno, y no me quejo, porque sigo en mi corcel, porque nunca me conformé con ser a medias, con ser la mitad de la mitad, porque cuento mis cuentos y me creo los tuyos, porque sigo bailando frente a mis sapos, pero ya no bailo con ellos.
He caminado con mis pequeños pies, he caminado, sobre los cristalines rotos que dejaron antes de marchar, antes de hacerlos yo marchar, he abierto en dos mis pies mientras caminaba, me han llovido encima, me han dado saquitos de escusas tales como , tú siempre serás mejor que yo, es ese punto de locura que reflejan tus reflejos, estás lejos, estás cerca….gracias por mis escusas, siempre, sin duda, seré mejor que ellos, que se conforman con su charca ,esa en la que mis alas no pueden volar, esa en la que los sueños no tienen lugar.
He mudado mi piel de caricias, una y otra vez, he olvidado para comenzar, a veces el mismo cuento, el mismo, el mismo, una y otra vez, he querido cambiar de rumbo , no he sabido, no he podido, o no he tenido el valor suficiente para continuar sin echar la vista atrás, y ahora , ahora el destino, o el pasado aletargado vuelve, para saber si es el momento, si quiero ese momento…y tengo, tengo tantos miedos recorriendo esta nueva mudanza de mi piel, de mi corazón, tengo tantos que no puedo dejar de caminar, no quiero chapotear en esta charca que lleva demasiado lodo, no quiero, llevo conmigo todo lo que tengo y dejo todo aquello que dí, más tengo tanto que darte que puedo llegar a asfixiarte…voy suave, con cuidado y deprisa, según me viene , según me va.
He jugado en terrenos peligrosos, he perdido el norte, lo he recuperado y me ha dolido, me ha dolido encontrarme jugando sola en un juego de mentiras, ya no te miento si te digo que ya no me dueles, ya no te miento si te digo que te sigo queriendo, tampoco te miento si te digo que ya no te quiero, más no te quiero. Es tu sitio esa charca de sapos que no quisieron ser príncipes, que no supieron ser.
He vuelto a caerme, y me caigo por falta de costumbre, tiemblo si te presiento jugando en mi espalda, tiemblo, porque he mudado mi piel, porque eres mi primer aliento en el cuello, mi primera vez, después de mi primera vez, tiemblo, porque sabes cómo hacerme temblar, tiemblo, porque cualquier comienzo hace temblar, sigue haciéndome temblar, que ya no bailo con mis sapos, que tengo mis alas abiertas y mis pies sanos para caminar descalza por tus sueños.
He gastado amores, y cuentos de hadas, me han vendido varias veces la historia de la princesa que besa al príncipe encantado y me quedé con el sapo. Si, he tenido tantos sapos que puse una charca en casa, para cuidar de ellos, pobres sapos…..:
He desgastado mis uñas, arañando tiempo al tiempo, he hecho rizos de mis rizos, he puesto en casa un estanque lleno de lagrimas que tal vez yo merecí, que tal vez los sapos nunca debieron merecer… las he dejado para que de vez en vez se ahoguen en ellas, y lloren las lagrimas que hoy no merezco, que merecen hoy.
He bailado, con otras amigas de lo ajeno, he sido amiga de lo ajeno, y no me quejo, porque sigo en mi corcel, porque nunca me conformé con ser a medias, con ser la mitad de la mitad, porque cuento mis cuentos y me creo los tuyos, porque sigo bailando frente a mis sapos, pero ya no bailo con ellos.
He caminado con mis pequeños pies, he caminado, sobre los cristalines rotos que dejaron antes de marchar, antes de hacerlos yo marchar, he abierto en dos mis pies mientras caminaba, me han llovido encima, me han dado saquitos de escusas tales como , tú siempre serás mejor que yo, es ese punto de locura que reflejan tus reflejos, estás lejos, estás cerca….gracias por mis escusas, siempre, sin duda, seré mejor que ellos, que se conforman con su charca ,esa en la que mis alas no pueden volar, esa en la que los sueños no tienen lugar.
He mudado mi piel de caricias, una y otra vez, he olvidado para comenzar, a veces el mismo cuento, el mismo, el mismo, una y otra vez, he querido cambiar de rumbo , no he sabido, no he podido, o no he tenido el valor suficiente para continuar sin echar la vista atrás, y ahora , ahora el destino, o el pasado aletargado vuelve, para saber si es el momento, si quiero ese momento…y tengo, tengo tantos miedos recorriendo esta nueva mudanza de mi piel, de mi corazón, tengo tantos que no puedo dejar de caminar, no quiero chapotear en esta charca que lleva demasiado lodo, no quiero, llevo conmigo todo lo que tengo y dejo todo aquello que dí, más tengo tanto que darte que puedo llegar a asfixiarte…voy suave, con cuidado y deprisa, según me viene , según me va.
He jugado en terrenos peligrosos, he perdido el norte, lo he recuperado y me ha dolido, me ha dolido encontrarme jugando sola en un juego de mentiras, ya no te miento si te digo que ya no me dueles, ya no te miento si te digo que te sigo queriendo, tampoco te miento si te digo que ya no te quiero, más no te quiero. Es tu sitio esa charca de sapos que no quisieron ser príncipes, que no supieron ser.
He vuelto a caerme, y me caigo por falta de costumbre, tiemblo si te presiento jugando en mi espalda, tiemblo, porque he mudado mi piel, porque eres mi primer aliento en el cuello, mi primera vez, después de mi primera vez, tiemblo, porque sabes cómo hacerme temblar, tiemblo, porque cualquier comienzo hace temblar, sigue haciéndome temblar, que ya no bailo con mis sapos, que tengo mis alas abiertas y mis pies sanos para caminar descalza por tus sueños.
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