"He de Confesar"
Domingo 15 , Marzo 2009
He de confesar y confieso…. Que tengo un curso esta tarde al que no quiero ir,que he llegado demasiado pronto a la oficina,que este edificio esta inmensamente vacío antes de las ocho de la mañana, que no pienso empezar hasta que vuelva de desayunar, que he dormido ocho horas, que en esas ocho horas me he permitido el lujo de soñar, por aquello de no perder la costumbre y que recuerdo perfectamente lo que he soñado.
He de confesar mi payasismo innato, que aún uso mi chachi,mi guachi, mi gilipichis, mi jo, mi jolin, y que digo tacos cuando tengo que decirlos llenándome la boca con ellos.
He de confesar que fumo, y no sé si soy capaz de dejarlo, que no me gusta que me llamen pijotera, que ya tengo muchisisima mas variedad de comidas en mi repertorio, después de toda una vida de niña asquerosita e insufrible para comer, he de confesar que es un alivio salir a cenar y no pedir suela de zapato chamuscada con patatas.
He de confesar que ya es tiempo de uñinas rojas en los pies, como le gustan a Pelayo, que poco a poco aparecen mis pequinas, que vienen a bailar con los millones de estrellas que el resto del año se quedan vistiendo mi cuerpo. Puedo confesar quién contó alguna vez mis lunares convertidos en estrellas, puedo , pero no he de confesar, por eso no lo confieso.
He de confesar que quiero noches de primavera, y noches de verano, para andar medio descalza, medio desnuda o vestida a medias, para echarme por encima un trapin cuando refresca, para quitármelo cuando acalora.
He de confesar que soy optimista por naturaleza, por lo que no me importa demasiado tener un curso esta tarde, más allá de mis horas laborales, tampoco me importan mis posibles penas, me importan lo justo , me duelen más de lo que me importan y me importan menos de lo que me duelen, por lo que me quedo con cada una de mis risas.
He de confesar que estoy loca, que me como mi piruleta corazón cantando en el coche, que la última la gasté esta mañana, pero ya compraré más. He de confesar que necesito mar, necesito olor a salitre, beberme unos vinos entre risas, bailar lo que me echen y descalzarme al amanecer, como siempre.
He de confesar que tengo los pies pequeños y por eso me caigo, las manos también pequeñas , por eso a veces no logró alcanzar otras manos ,y los dientines aún más pequeños…..porque ya tenía bastante con las gafas tapacaras como para pensar en que no me crecían los dientes.
He de confesar que soy incoherente cuando me dejan serlo, con quien me deja serlo, seria y serena con quien no sabe o no quiere romper mis moldes.
He de confesar que me gusta que revuelvan mi vida, mis entrañas y mis sueños, para colocar el desorden y quedarme con lo que mis impulsos me regalan, si se dan.
He de confesar que tengo mil cosas por las que apenarme, mil que cuento y otras mil que calló porque forman parte del estado de la vergüenza, por lo mismo , he de confesar , que vivo en el estado de la locura y la rebeldía, para que sean más las cosas por las que sonreírme a mi misma repitiéndome una y otra vez , no se puede estar más loca.
He de confesar , como en muchas otras ocasiones, que no sé, atarme los cordones con el cuento del conejo, subir muchas cremalleras y casar bien los botones, he de confesar tantas y tantas cosas que podría escribir un libro o dos o cientos, he de confesar que la primera vez que mi alma se puso a ello , escribí a un amor de infancia, que no veía nada más allá de mis gafas, he de confesar que cuando me hice mayor aquel amor de infancia dejo de ser mi amor, y yo sin gafas empecé a ser el suyo ,por lo que he de confesar, que fuimos a destiempo, yo lo quise tras mis gafas y él me quiso cuando sin ellas no podía verlo.
He de confesar que podría confesar demasiadas cosas, podría pero no debo, por lo que no confieso, y confieso que me llena de vida todo, todo, todo el aire que respiro, hasta el que me llega sin oxigeno.
He de confesar y confieso…. Que tengo un curso esta tarde al que no quiero ir,que he llegado demasiado pronto a la oficina,que este edificio esta inmensamente vacío antes de las ocho de la mañana, que no pienso empezar hasta que vuelva de desayunar, que he dormido ocho horas, que en esas ocho horas me he permitido el lujo de soñar, por aquello de no perder la costumbre y que recuerdo perfectamente lo que he soñado.
He de confesar mi payasismo innato, que aún uso mi chachi,mi guachi, mi gilipichis, mi jo, mi jolin, y que digo tacos cuando tengo que decirlos llenándome la boca con ellos.
He de confesar que fumo, y no sé si soy capaz de dejarlo, que no me gusta que me llamen pijotera, que ya tengo muchisisima mas variedad de comidas en mi repertorio, después de toda una vida de niña asquerosita e insufrible para comer, he de confesar que es un alivio salir a cenar y no pedir suela de zapato chamuscada con patatas.
He de confesar que ya es tiempo de uñinas rojas en los pies, como le gustan a Pelayo, que poco a poco aparecen mis pequinas, que vienen a bailar con los millones de estrellas que el resto del año se quedan vistiendo mi cuerpo. Puedo confesar quién contó alguna vez mis lunares convertidos en estrellas, puedo , pero no he de confesar, por eso no lo confieso.
He de confesar que quiero noches de primavera, y noches de verano, para andar medio descalza, medio desnuda o vestida a medias, para echarme por encima un trapin cuando refresca, para quitármelo cuando acalora.
He de confesar que soy optimista por naturaleza, por lo que no me importa demasiado tener un curso esta tarde, más allá de mis horas laborales, tampoco me importan mis posibles penas, me importan lo justo , me duelen más de lo que me importan y me importan menos de lo que me duelen, por lo que me quedo con cada una de mis risas.
He de confesar que estoy loca, que me como mi piruleta corazón cantando en el coche, que la última la gasté esta mañana, pero ya compraré más. He de confesar que necesito mar, necesito olor a salitre, beberme unos vinos entre risas, bailar lo que me echen y descalzarme al amanecer, como siempre.
He de confesar que tengo los pies pequeños y por eso me caigo, las manos también pequeñas , por eso a veces no logró alcanzar otras manos ,y los dientines aún más pequeños…..porque ya tenía bastante con las gafas tapacaras como para pensar en que no me crecían los dientes.
He de confesar que soy incoherente cuando me dejan serlo, con quien me deja serlo, seria y serena con quien no sabe o no quiere romper mis moldes.
He de confesar que me gusta que revuelvan mi vida, mis entrañas y mis sueños, para colocar el desorden y quedarme con lo que mis impulsos me regalan, si se dan.
He de confesar que tengo mil cosas por las que apenarme, mil que cuento y otras mil que calló porque forman parte del estado de la vergüenza, por lo mismo , he de confesar , que vivo en el estado de la locura y la rebeldía, para que sean más las cosas por las que sonreírme a mi misma repitiéndome una y otra vez , no se puede estar más loca.
He de confesar , como en muchas otras ocasiones, que no sé, atarme los cordones con el cuento del conejo, subir muchas cremalleras y casar bien los botones, he de confesar tantas y tantas cosas que podría escribir un libro o dos o cientos, he de confesar que la primera vez que mi alma se puso a ello , escribí a un amor de infancia, que no veía nada más allá de mis gafas, he de confesar que cuando me hice mayor aquel amor de infancia dejo de ser mi amor, y yo sin gafas empecé a ser el suyo ,por lo que he de confesar, que fuimos a destiempo, yo lo quise tras mis gafas y él me quiso cuando sin ellas no podía verlo.
He de confesar que podría confesar demasiadas cosas, podría pero no debo, por lo que no confieso, y confieso que me llena de vida todo, todo, todo el aire que respiro, hasta el que me llega sin oxigeno.
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