"Los Veintiocho"

Viernes 27, Marzo 2009

Este año he descubierto demasiadas cosas de mi misma, así que si hago balance ha sido un año sembrado de conocimientos.
He descubierto que soy capaz de aguantar mejor el frío, y que el frío me hace desear el calor, he puesto a prueba cariños, me he sentado a esperar que alguno de esos cariños me preguntase que tal estoy, incluso en mis días más bajos, y me he cansado de esperar sentada, he llegado a creer que quién te quiere no necesita preguntar para saber cómo estás, he buscado miradas de complicidad que me diesen ese abrazo necesitado, pero o no se recibir abrazos metafóricos , o simplemente no se han dado, ni se darán.
Ha sido un año de comienzos y finales, de aventuras con piratas a la luz de la luna, y en la luna pasión y deseo desbordante, un año de pérdidas y riquezas, este año perdí demasiadas veces, perdí un gran amor, no es que lo perdiera , es que se fue de mi corazón ,dejé de sentir todo aquello que sentía, de golpe, tras muchas idas y venidas al mismo lugar, al mismo rincón de su corazón, de su corazón al mío, del mío al suyo, lo perdí, porque una noche de verano decidió decepcionarme , y ya no pude mirarlo igual, nos perdimos ese amor, pero nos quedo uno mayor, y por supuesto mejor para los dos, yo no puedo con los infieles , aunque en el desliz me toque a mí la parte que no duele y a otra la parte que alguna vez ya me toco a mí.
Siempre he pensado…nunca formes parte de una mentira porque las mentiras llegarán a ti, así que supongo que fue en ese momento donde se me agotaron las ganas de fiesta y llegó la decepción. Nunca me harás sentir princesa haciendo de otra una plebeya. Me harás huir, dejar de creer y querer algo contigo.
Puedo decir que me compensó aquella decepción.
He cambiado de rutina, para mejor sin duda, ya no escribo a altas horas de la madrugada porque tengo el sueño del revés, y tengo el tiempo cuando el resto del mundo tiene tiempo. Me despierto al amanecer y anochece cuando el sol se va.
He aprendido a no contar a quién no le interesa escuchar, a controlar alguno de mis impulsos y a asumir aquellos que no sé frenar. Me he alejado de batallas inútiles, para dejar de escuchar sandeces que me hieren, he dejado de dar derechos y de asumir obligaciones que no me competen, aunque aún me hiera, voy poniendo las cosas en su lugar y sacando espinas.
Me han besado con pasión, y han sabido hacer que me deje llevar, como me gusta, me he sentido libre en mi cuerpo, en mi piel y en mi deseo, desnuda, como mejor sé ser yo. Dulce y salvaje, los dos extremos de mi coherencia y mi locura.
Entre mi decepción y mi historia de una noche, me enamoré, me enamoré de un sueño, hay una noche mágica en mi vida, mágica en mi niñez, porque la esperaba durante todo el año, mágica en mi adolescencia porque siempre me marcó, y mágica ahora que estoy a punto de dejar los 28 atrás, mi hermana siempre dice, nunca dejes sola a Lorena esa noche, porque todo puede suceder….entre mi decepción y mi historia de una noche , como a mí me gusta llamarla, me enamoré, me enamoré de un sueño, del que tal vez esperaba que fuese como yo. Esperaba que me dejase ser loca, que me dejase pintar en el aire, jugar, crear magia en su cuerpo, crear magia en el mío, ser yo…pero me enamoré de un sueño y no pude enamorarme de una realidad, porque no supimos jugar, no supimos pintar estrellas en el aire, no supimos ser, tal vez alguna vez fue la persona que yo imaginaba desde cría, pero debí llegar tarde, debí llegar en algún momento de decepción…debí ser el puente éntrela decepción y la vuelta a la realidad. Algunos días creo firmemente que es la persona que yo imaginaba, pero ese es mi impulso, mi idealismo y mi optimismo el que me lo hace creer. Nunca vendrá a rescatar a una princesa , porque no es el príncipe imperfecto en el que con mis ancianos veintiocho aún me permito el lujo de creer.
Ahora cuido mis impulsos de salir corriendo a por él. Y poco a poco me hago con ellos, aunque no me guste frenar mis impulsos.
He tenido unos veintiocho llenos de sonrisas, de payasadas, de metas marcadas, de sueños que realizar, de castillos en el aire, y caricias en la piel, he descubierto mi fortaleza, mi debilidad, y mis ganas de seguir cumpliendo sueños. He descubierto que sigo haciendo cosas mal, y que seguiré haciéndolas igual de mal por mucho tiempo, que no sé hacer regalos de cumpleaños materiales, que no sé disimular mis deseos ni mis miedos, he descubierto que no me importa tropezar una y mil veces con distintas piedras, porque nada me gusta más que arriesgar.
Que poco a poco pierdo menos el tiempo con la gente a la que ni le va ni le viene perderlo conmigo. Que tengo carácter, pero también dulzura, que soy impaciente, extremadamente nerviosa , y sobradamente soñadora.
He descubierto que el mejor regalo que me han hecho nunca fue hace un año, cuando alguien por mis veintiocho, me cogió la mano, me miro a los ojos y pidió un deseo, que aún hoy desconozco, he descubierto que quiero, aunque no pueda cogerme la mano, que pida el mismo deseo que pidió para mi hace un año, porque ha sido un año maravilloso lleno de sueños, y pesan más las cosas buenas que las temidas ausencias, porque merezco de nuevo ese deseo, para seguir arriesgando con los pies descalzos.



Comentarios

Entradas populares