"Pesa y pasa, Pasa y pesa el Tiempo"

Lunes 31, Agosto 2009

No quiero que te marches, y me pesa y me pasa el tiempo, que pesa y pasa, y no quiero acomodarme en tu perdida, no quiero sentir las lanzas de tu indiferencia, y me pesan, las caricias que cuidan de mi piel, porque no quiero sentir el frío, frío de mi piel sin ti. Y no son tuyas, y quiero gritarle al mundo que me duele, que me duele en demasía el infantilismo que me invade, y me pesa, y me pasa el tiempo, deshojadas ya las margaritas, y no lo quiero, más no lo quiero ese no que es tan frío, frío no que deshojado se ha quedado atrapado en mi pecho, dolorido por no gritarte aquella tarde que quería un algo pequeño contigo, pequeño , despacito, que quise crecer entre tus manos, que me hiere no dormir mis noches entre tus brazos, que me siento así de tonta, que me retuercen las entrañas tus viejos deseos que ahora siento ya tan, tan viejos.
No quiero que te marches, y me pesa y me pasa el tiempo, que pesa el alma y pasa, que está lloviendo por dentro, que me partes en dos los recuerdos y las risas, que no quise huir de ti, ni ponerte trabas, ni clavar la espada de mis letras entre tu corazón y la pared, que escribí porque te quise, de poquito a poco, y que quise que volvieras, y no supe hacerlo, tampoco halle el camino para volver a ti.
Y me grita el mundo entero, que lo deje ,que lo olvide ,que no merece esfuerzo lo que se pierde, y yo enmudezco y sigo mis pasos hacia adelante, como no queriendo confesar, que me muero por gritarle al mundo entero, que me duele en demasía no sentirte ya en mi vida, que no supe ser tu amante y tampoco ser tu amiga, que siento dentro, tan dentro, que fui capaz de alejarte cuando más claro tenía el alma mía que cerca , tan cerquita te quería.
Y ya no tengo margaritas, y me pesa y pasa el tiempo, y no quiero hallarte frío, y me refugio en las caricias que tan solo cubren horas, días de frío. Más no pude, no supe, y me escondo de una vez por todas en mi lluvia, en mi melancolía temprana, y grito en mi silencio, silencio.
Que no quiero que te marches, que no quiero marcharme de una vez por todas. Que quiero despegar mis pestañas como despegaba el frío que aguardaba por nosotros en tu cama, cálida la envolvíamos entre nuestras caricias, cálidos.
Y que no me importan las lecciones que el mundo quiera repetirme, que no quiero aprender esta lección ya conocida, y me pesa, y pasa , pasa y pesa el tiempo, deslizando mis sonrisas en otras caricias, tal vez egoísta , queriendo dejar de pensarte, queriendo dejar de querer gritarle al mundo que me duele la mitad del alma mía. Porque no supe, sin más, no supe más que alejarte de mí.


Comentarios

Entradas populares