"El deber desacostumbrarse"

Martes 4, Agosto 2009


Uno debe desacostumbrarse de todo aquello que le duele, de todo aquello que le hiere o entristece, puedo ser injusta contigo y decir que tengo, firmemente, que desacostumbrarme de ti.
Hoy no vengo con intención de ser injusta, ni tampoco tengo intención de descuidar lo que mi corazón chilla desde hace meses, soy culpable, culpable me presento y me siento, culpable soy de desoír lo que esta temblando por dentro.
He desviado mi atención hacía otros ojos, hacía otras caricias, he escapado de lo que siento, cubriendo mis “te extraño” con las sonrisas que otra sonrisa hacía brotar en mi.
He sabido que no era suficiente, he sabido, que no era lo que quería, que me llenaba el instante y dejaba vacio el después de los instantes. He sido consciente de principio a fin, que , de principio a fin buscaba tu mirada en la suya, buscaba nuestra ilusión sin ti, en vez de buscar mi ilusión en otra historia, he buscado mientras desoía, por lo que mientras buscaba , tu recuerdo se hacía fuerte dentro de mis entrañas, por desoírlo, por desoírlo…. He querido ese clavo que saca otro clavo, y me he quedado con mis clavos bien clavados, sintiendo que es demasiado tarde, que tú, ya…ya no.
Uno debe desacostumbrarse, más quién me enseña la virtud de desacostumbrar al corazón, cuando el corazón no quiere desacostumbrarse….
He sabido y sé, sé de buena tinta y llena de clavos que no puedo, que tal vez mañana, que tal vez, más hoy no puedo, o tal sea que no quiero.
Y me supuran las heridas, que no son heridas como tal, que son rasguños que yo misma he provocado, dejando mi piel fría, sola sin ti.
Hoy no vengo con intención de ser injusta, ni tampoco tengo intención de descuidar lo que mi corazón chilla desde hace meses, soy culpable, culpable me presento y me siento, culpable soy de desoír lo que esta temblando por dentro.
Culpable de haber marchado, sin mirar atrás, mirando sin que lo supieses, sin ningún resquicio de lamento, de deseo, deseando en silencio cada rincón de tu piel, cada rincón de tu alma, escapando , buscando ese clavo que saca otro clavo y me he quedado con mis clavos bien clavados, sintiendo que es demasiado tarde, que tú, ya…ya no.

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