"Cuatro a tres, gana la razón"

A veces un impulso recorre cada centímetro de mi cuerpo, lo hace con fuerza, con una fuerza desmesurada, que logra poner mi cabeza y mi razón a cero. Cero uno gana el corazón.

Es entonces cuando la imaginación vuela libre, cuando no tengo miedo, cuando necesito, deseo y quiero, no sé de qué manera llegan a mi miles de sensaciones, como gotitas de lluvia que comienzan a caer, caen de una en una, vienen de una en una, hasta que de pronto me veo calada hasta los huesos de lluvia, y no de gotas, me llueve el corazón, jugándome una mala pasada, acercando todas las sensaciones de golpe.

Siempre la misma, la misma historia, confabula el mundo en mi intención de alejar mi corazón de ti, no porque no lo merezcas, o porque no crea que eres TÚ con mayúsculas, creo firmemente en ti, pero eso no es suficiente, a mi me llueven recuerdos, y a ti, a ti ya no sé lo que te llueve, si te llovió alguna vez, por eso sé que es un deber alejarme, por mucho que algo en mi me diga que no dé un paso más lejos de ti. Cero dos, gana el corazón.

Vienen a mí los sueños pendientes, los planes sin llevar a cabo, las ganas siempre de ti, la primera vez que te encontré, recuerdo el lugar con una perfección surrealista , recuerdo cada vez, cada fundirme en tus ojos, un primer beso, una primera luna, los nervios, más nervios, la vergüenza, el primer cariño, la primera cita, las risas, las risas durante años... Cero a tres gana el corazón.

A veces quiero echar a correr, descolgar el teléfono que ya no se descuelga, aparecer, y fundir cada deseo, a veces… llega la razón y me toma por loca, y me dice que estás muy bien así, sin mí, al fin y al cabo, si no te ha llovido mi recuerdo es que no me recuerdas. Cuatro a tres, gana de golpe la razón.

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