"Se me antoja"

Viernes 29, Mayo 2009


Segunda intentona de explicar lo que aconteció el sábado pasado, conmigo, un borrachuzo con pintas, la guardia civil y mi C2, ahora renombrado como “coche fantasma”, es capaz de golpearme un coche en el lado izquierdo circulando por el carril derecho!!!! , no, yo no, él. Lo que os decida, un coche fantasma, mi C2 es un coche fantasma y las comuniones de los sábados son peligrosas si uno se chispa.
Y mientras escribo pienso en agua, en dimensiones descomunales, pienso en olor a prao recién segado, en olor a leña quemando… pienso en relajar cada uno de mis seis sentidos tendidos en la arena de la playa, se me antoja Cueva, olor a mar con vida. Se me antojan cacharrines en la Musaraña, con olor a sidra. Se me antoja escapar.
Se me antojan mis antojos de los días de luz hasta casi las diez, se me antoja y sonrío, quiero jugar , sin más, o con más. Quiero mis perversas fantasías, y mis dulces sueños, se me antoja acercarme para contarte cada una de ellas, en bajito, descubrirte lo que no descubrí de mí, se me antoja acercarme a ti, sabiendo que me darás calambre, se me antoja tocar tu pelo, y mirarte profundo , tan de cerca. Se me antoja recorrer, se me antoja verte una y otra vez, aunque mi razón me eché atrás, se me antoja tu respiración acelerada, se me antoja guiarte por mi cuerpo, de mi pelo a mis uñinas rojas, de mis uñinas rojas a mi pelo, se me antoja morderte y me vuelvo loca, loca me gusta, está bien aquí.
Quiero gritarte, quiero ponerte entre la pared y mi pecho, ponerme entre la pared y tu pecho y gritarte , de una vez por todas, que a veces, cuando se me antoja dejar hablar a mis deseos y pegarme con mi razón, te extraño, que no quiero controlarlo, aunque me pese, aunque te pese. Echo de menos despertar enlazada a tu cintura.
Y estoy loca, y siempre he sido una pobre rica en emociones, en falta de vergüenza para unas cosas, en exceso de timidez para otras. Estoy loca, y ni puedo, ni quiero, evitarlo.
Se me antoja contarte que te extraño, que son tus frenos los que me frenan, y que me marcho una y otra vez, tan solo porque me dejas marchar. Que no me cansaría nunca de mirarte con la distancia justa en la que tan solo cabe tu respiración acelerada y mi exceso de pasión.
Se me antoja, tanto se me antoja.

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