Egoista yo, frío tú"

Martes 1, Septiembre 2009

Eres suave, melancolía, me desconciertas, suave, como la brisa del cantábrico en los días de calma. Eres suave para darme mi parte de descanso, como las caricias de un piano triste en mis oídos.
Eres suave, para darme ,a medias , la paz que en estos días grises ansío. Hoy te pienso, te pienso como sigilosa, sin palabras, y quieren mis manos llegar a tocarte, mi corazón llegar a tocarte, más no saben y se refugian en el anhelo de encontrarte.
Nos quedamos, mi suave melancolía, mi silencioso llanto, mis lagrimas mudas, mi silencio, nos quedamos, queriendo que pase, que se ahogue en ellas la ilusión, los sueños que aún viven, tal vez el amor, que un día quiso tomar forma de otra forma en mí.
Anochece temprano, y se quedan mis manos llenas de caricias, de juegos, de pasión, de deseos rotos tras el sórdido grito en mi nuca de tu indiferencia.
Nos vigila la luna, creciendo, creciendo, nos deja mudas, brilla, nos cuida desde la ventana , asomando, tranquilizando el temblor del alma. Se esconde tras las nubes, y regresa en mitad del llanto, silencioso hoy mi llanto.
Te pienso, con una tristeza que deja impune a tu frialdad, una tristeza que repite incansable que todo puede ser, que algo tan bonito no se puede perder, así, como un grito en medio de la multitud. Tengo acurrucada entre mis brazos a mi locura, enferma, quiere hablarme, escucho y me habla de ti, incomprensiblemente. Tengo la piel renovada de caricias, cada rincón, ya no tengo nada que pueda mantener tu olor, y te huelo. Tengo una casa llena de risas nuevas, de conversaciones bajo las sábanas, de vacios llenos, y me siento vacía, y que nadie me explico cómo desprenderme de ti.
Solo es tiempo pequeña, me digo, solo es tiempo, y el tiempo te nombra, y el llanto ahoga mi garganta, muda. Me culpo, me culpo por ser egoísta, por sentirme triste a sabiendas de cada una de las tristezas mayores que viven tras mi puerta, fuera, pero es mi tristeza, y me duele, sin más.
Egoísta yo, suave mi melancolía, mudo mi llanto, secas mis lagrimas, desacostúmbrame poco a poco, pero no vuelvas a gritarme tu frío entre la multitud, porque me hiere, porque me hace daño.

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