"Mudando la Piel"

Martes 2, Junio 2009


Estamos de mudanza, estamos de mudanza mis cuatro bártulos, mi piel y yo. La primera vez que marché de casa lo hice impulsivamente y por amor, me lié la manta a la cabeza, para no variar y me fui a quinientos kilómetros, con los finales a medio terminar y con parte de mi mundo en contra, con alguien a quien apenas conocía, pero, que en su momento, sabia dejar hacer a la loca que mueve todo dentro de mi. Has de terminar lo que tienes entre manos para comenzar de cero me decía mi padre, y como no, desoí todos los consejos que pudiesen entorpecer mis ganas de acumular experiencias , siempre he actuado así, las decisiones más importantes de mi vida nunca han sido meditadas, han sido impulsivas, unas irresponsables e infantiles y otras acertadas. Volvería a repetir cada uno de mis pasos, no me arrepiento de mis impulsos, aunque me haya encontrado alguna vez con una piedra del tamaño de un camión, con una o con varias, ¿por qué mentir?.
Recuerdo lo romántico de aquella experiencia, tal vez lo recuerdo con una melancolía exagerada, tal vez porque no he vuelto a encontrar a nadie que me dijese con la mirada, adelante, sé tú misma, haz locuras, aprende de ti, y déjame aprender de lo que descubres. Si, es evidente que a estas alturas todos somos conscientes de que nada es lo que pareció ser, y estamos de acuerdo en que fue uno de los sapos más grandes y verdes que pude encontrar, pero con el tiempo también sé que fue una de las personas que más me sorprendió, fui de sorpresa en sorpresa, y eso, inevitablemente hace que uno deseé más. No soy de idealizar a la gente que me hace daño, ni de olvidar el daño, pero si soy realista en algo, es en reconocer quién ha sido capaz de hacer que mis ojos brillasen, quién ha sido capaz de hacer de mi sinvergüenza una virtud.
Mi mudanza, esta mudanza, está siendo especial, es como moverme en mi misma de nuevo, todo me ilusiona, todo me hace reír, y lo que no, pues como que no tiene la importancia ni la relevancia suficiente como para hacerme perder los papeles.
Es una mudanza por amor, como la primera, pero esta vez por amor a mi misma. Es como si continuase pegándome con lo establecido, es una mudanza de dar espacio, y el espacio a veces viene bien. Es una mudanza de mi misma.
Tengo un hermano al que le tiembla la voz después de nueve meses sin hablar conmigo, a él le tiembla la voz, y a mí me tiembla el alma, aunque esté tranquilina, aunque quiera más y no exista ese más.
Tengo una hermana que desde que era pequeña está en contra de mi locura, a la cual apenas cuento nada, porque lo utilizará en mi contra, tengo una hermana que ha pasado años contando mis sentimientos, para tener un buen tema de conversación con el primero que se le cruza, hablando de mi destino, de mi forma de amar, de a quién si, y a quién no, tengo una hermana que cree que no soy nada convencional, que ha creado mi historia a su parecer, ella cuenta lo que siento, a pesar de no saber nada de mi, y yo doy explicaciones de lo que no es real y excuso sus mentiras acerca de mis amores y desamores. Pero es así, y no puedo cambiarla, porque no haría más que lo que ella intenta hacer de mi. Yo me muero por una sonrisa, me emociono con una caricia, y me derrito con quién logra poner mi mundo al revés. Ella tiene un marido que trae pan, un hijo al que cuidar y que no se debe manchar. Nunca habla de sueños, ni hace planes estrambóticos, no le preocupa en exceso cuidar su cuerpo ni su alma, y cree que yo me preocupo demasiado por ese tipo de chorradas. Recuerdo a mis dieciséis escribirle letras para alguien , ayúdame a que se sorprenda, no sé si le llegaron a ese alguien, si le llegaron, las escribí con mi corazón de loca, para sorprender a otro loco, en mi segundo plano, pero en primera persona.
Tengo una hermana que sabe como soy , que cuida de mis palabras, que mima mi locura, porque le gusta, como me gusta a mí la suya, que sabe de mis amores, de mis idas y venidas, de mi exagera manía de soñar, de mis miedos…que cree que no podré casarme rodeada de amigos, porque , como bien dice y me repite, da mala suerte invitar a algún ex amor a tu boda, y nos reímos ,nos reímos de mis meteduras de pata, de mis piedras en el camino y los sapos de mi charca. Tengo una hermana que sabe casi todo de mí, a quien me muero por besar, con quién me iría al fin del mundo, y lo que desconoce no lo pregunta, porque sabe que no me gustan las preguntas . Tengo una hermana a la que le gusta mi lado dulce, mi picardía, porque también posee ambos lados y que aunque yo repita una y otra vez que no me interesan los sueños de princesas vestidas de blanco, ella entiende que no me gustan porque no ha aparecido el loco que me haga soñar lo suficiente. Tengo una hermana que sabe que soy capaz de todo siempre que el corazón y el mundo se pongan de revés.
Tengo una mudanza a medio hacer… y pájaros en la cabeza.

Comentarios

Entradas populares