"Me vuelves Loca"

También es mala suerte, que de la gran cantidad de temas de conversación que puede tener mi pequeño ahijado, siempre elija, en el momento más inoportuno, preguntarme por mi situación sentimental. Al niño se le metió en la cabeza quién debe, o quién quiere que ocupe esa parcelita de la vida de su madrina, y lo tiene tan claro qué, cualquier oportunidad es buena para nombrar al que él considera que es mi príncipe imperfecto.
Ya no sé si es el mundo el que me pone señales, o si tengo al enemigo en casa. Vamos a olvidar sus preguntas y sus afirmaciones categóricas de quién me conviene y de sus por qué no madrina? Viene a casa, y podría buscar cualquier cosa, pero no, él saca unas fotos, que de antemano están bien guardadas para no pensar demasiado. Miiiiiiiiiiiiiiiira, en ese tono que pone entremezclado de dulzura, ilusión y penita, ¿quién es madrina?, aquí le pone picardía, mi cara de póquer, y mi respuesta… ¿quién es Pelayo?, sonríe, me da las dichosas fotos, no contesta, contesta con la mirada.
Y ahora quiere jugar con esa especie de llavero que llego a mí después de su viaje a Ibiza, llavero que no uso, pero que guardo como el mejor regalo, mi primer regalo. Voy a su casa, subo a su habitación de los juguetes, jugamos a encontrar todos los coches de no sé qué marca, dentro de un cesto gigantesco lleno de coches y más coches, de motos y más motos, debemos seleccionar los que quiere él, entre coche y coche, coge una moto, y pregunta, coge otra moto , y pregunta, y yo lo miro con cara de circunstancia, porque empiezo a creer que este niño se ríe de mí. Pero aún falta algo, algo que había perdido hace tiempo, un regalo chorra, que otra persona no lo hubiese considerado como un regalo, pero que a mí me hizo mucha ilusión, un pequeño muñeco con gorrito de navidad, que llevé como un llavero durante mucho tiempo después de haberse terminado la navidad pasada.
Si, si, si, el dichoso muñeco apareció entre tanto coche, tanta moto y tanta pregunta. Y me dice el pequeño de mi corazón, ¿madrina, ese muñeco es tuyo?, si, me lo voy a llevar Pelayo, es un regalo, ¿quién te lo ha regalado?, no contesto, no digo nada, y tengo la sensación de que él me vuelve a contestar con su mirada.
Lo guardo en mi bolsillo, deseando cual niña pequeña que no me pida que le deje mi pequeño tesoro.
Tengo millones de libros para elegir, toda una sección entera para decidir cuál será el libro que me acompañe en mis noches de relax. No tengo nada en la cabeza, así que empiezo a ojear, después de un rato, elijo el primero que pillo, simplemente porque el titulo me llama la atención, “Me vuelves Loca”, y porque empiezo a agobiarme en esa gran superficie, rodeada de gente que compra por comprar, o que simplemente pasa la tarde allí, dios, se me ocurren millones de lugares donde pasar la tarde. Por lo que me marcho con mi dichoso libro, con su dichoso titulo.
Anoche comencé a leerlo… y ahí está, esperando por mí, después de bajar uno de los personajes de su flamante coche de la misma marca, y juro, que no es lo normal bajar de un coche como ese, no, no podía ser un Renault, ni un Citroën, ni un Volvo, ni un puñetero BMW, no, tenía que bajar de aquel coche, y a mi subirme a las nubes, pensé que ahora comentaría el buen gusto del personaje, con un color nada común , como él.
Así que me río yo de las preguntas de mi ahijado, de las fotos que escondo, de los regalos que pierdo y de los malditos libros que elijo al azar.

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