"De Regreso"
Miercoles 26, Agosto 2009
Que duro se hace volver, año tras año, unos más que otros, otros menos que unos. Que duro es volver sabiendo del deber cerrar las páginas de algún capitulo que tanto ilusiona, que tanto de soñar se sueña, que triste es cerrarlas de golpe. Cuando uno espera más y el más se viene a menos.
Que duro es volver este año, sabiendo que nadie espera por mí. Qué difícil es hacer comprender lo que el corazón no entiende. Ardua tarea explicar que no se puede mirar atrás porque lo que se mira quedo atrás.
Qué triste me pone la indiferencia, cuando no creo merecerla, que triste querer de más.
Que duro viaje de regreso, tan distante al de otros años, cuando no había cabida para la melancolía que hoy, impasible me aturde.
Doy vueltas al café, indiferente, ajena, acostumbrándome poco a poco a lo que ya por fin doy por perdido, de la forma más fría que nunca imaginé, y es esa frialdad la que me hiere de más haciéndome de menos.
Que duro se hace volver como perdida, como sin rumbo.
Es sabido por mis ojos, por mis cinco dedos que bailan ahora con la cuchara del café, que es mejor saber de antemano que esperar saber. Que se cierran mientras duele, y que deja de doler. Siempre.
A veces cansa, agota, intentar acercarse a quien no deja lugar, agota cuando no esperas ese muro de hormigón armado con el que te topas sin quererlo ni esperarlo.
A veces arriesgar trae consecuencias y pérdidas. Por primera vez en mi vida me arrepiento de haber arriesgado y haber perdido, lo que nunca arriesgue precisamente para no perder. Ojala no hubiese hecho mi viaje de regreso con la ilusión campando a sus anchas el año pasado. Todo seguiría igual, cálido, sin frío, sin este frío que me traigo amarrado a mi pecho. Tristona sin poder evitarlo.
Que duro se hace desandar el camino andado. Embutida en capas y capas de abrigo que no quitan el frío, frío.
Que duro encontrarse el adiós por fin , sin un hasta mañana.
Que frío es mi frío. Qué fácil es hacer las cosas bien, y que difícil desacostumbrarse. Cómo se le explica al corazón que otro mira hacia otro lado y ha dejado de mirarnos, así, sin más.
Que duro se hace volver, año tras año, unos más que otros, otros menos que unos.
Que duro se hace volver, año tras año, unos más que otros, otros menos que unos. Que duro es volver sabiendo del deber cerrar las páginas de algún capitulo que tanto ilusiona, que tanto de soñar se sueña, que triste es cerrarlas de golpe. Cuando uno espera más y el más se viene a menos.
Que duro es volver este año, sabiendo que nadie espera por mí. Qué difícil es hacer comprender lo que el corazón no entiende. Ardua tarea explicar que no se puede mirar atrás porque lo que se mira quedo atrás.
Qué triste me pone la indiferencia, cuando no creo merecerla, que triste querer de más.
Que duro viaje de regreso, tan distante al de otros años, cuando no había cabida para la melancolía que hoy, impasible me aturde.
Doy vueltas al café, indiferente, ajena, acostumbrándome poco a poco a lo que ya por fin doy por perdido, de la forma más fría que nunca imaginé, y es esa frialdad la que me hiere de más haciéndome de menos.
Que duro se hace volver como perdida, como sin rumbo.
Es sabido por mis ojos, por mis cinco dedos que bailan ahora con la cuchara del café, que es mejor saber de antemano que esperar saber. Que se cierran mientras duele, y que deja de doler. Siempre.
A veces cansa, agota, intentar acercarse a quien no deja lugar, agota cuando no esperas ese muro de hormigón armado con el que te topas sin quererlo ni esperarlo.
A veces arriesgar trae consecuencias y pérdidas. Por primera vez en mi vida me arrepiento de haber arriesgado y haber perdido, lo que nunca arriesgue precisamente para no perder. Ojala no hubiese hecho mi viaje de regreso con la ilusión campando a sus anchas el año pasado. Todo seguiría igual, cálido, sin frío, sin este frío que me traigo amarrado a mi pecho. Tristona sin poder evitarlo.
Que duro se hace desandar el camino andado. Embutida en capas y capas de abrigo que no quitan el frío, frío.
Que duro encontrarse el adiós por fin , sin un hasta mañana.
Que frío es mi frío. Qué fácil es hacer las cosas bien, y que difícil desacostumbrarse. Cómo se le explica al corazón que otro mira hacia otro lado y ha dejado de mirarnos, así, sin más.
Que duro se hace volver, año tras año, unos más que otros, otros menos que unos.
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