"Destino a Destiempo"

Cuando era pequeñina, siempre imaginé que si el destino se topaba conmigo y no era nuestro momento, esperaría por él. Sentadita en mi mundo de princesas, en mi mundo de pequeñas ilusiones y grandes sueños.

Fui haciéndome grande, escribiendo a príncipes, imperfectos , siempre, unos cuantos me quisieron, siempre me quisieron, mas me quisieron más al perderme que cuando me tuvieron, me quisieron más cuando no me habían tenido , que al tenerme.

Y esperé, esperé entre el tiempo y el tiempo encontrar ese destino, que tal vez, se topó conmigo cuando aún no era nuestro tiempo.

Fui, de poco a poco llenando mi piel de miedos, y el alma de temores, miedos y temores que cada vez que los destruía se hacían mayores, cada vez que una promesa no se cumplía, cada vez que lo especial que era yo misma se volvía la excusa perfecta para mis imperfectos, siempre fui demasiado buena para mis imperfectos, demasiado más.

Y esperé, esperé siempre con la excusa de que las excusas no eran mi destino, porque mi destino tal vez había llegado, sí, pero tenía los ojos lo suficientemente llenos de sombras como para poder verlo con nitidez, por lo que fui equivocándome de destino una y otra vez, recogiendo mis muñecas, mis ilusiones ,mis sueños, una y otra vez.

Dejando todo por nada, recogiendo a veces mucho más que nada, mas siempre recogí a destiempo. Y con el destiempo llega la desgana. Cuando recogí a tiempo, el tiempo , la ambición, o vete tú a saber qué dejo en nada lo recogido, y los ojos de nuevo ensombrecidos, y las manos llenas de miedo, y el alma de más, muchos más temores.

Cuando era pequeñina, nadie me contó que el destino puede no llegar, o que tu propio destino puede colisionar con otro destino que no es el tuyo. Nadie me enseñó que la vida duele, que cuesta, que los miedos, con los años, son mucho más miedos. Nadie me dijo que se puede extrañar tanto un olor, una mirada, un posar de labios en el cuello, un dormir acurrucando el día entre los brazos de alguien, nadie me explicó que los destinos a veces no llegan, llegan a destiempo, nadie que los destinos se rompen, y quedan vagando en el aire, buscando su otro destino que tal vez no lo busque a él.

Me he desprendido de caricias, de sensaciones, de palabras, me he desprendido de mi propio amor, he mudado mi piel, que con los años es más costoso hacerlo, que no se aprende nunca, que partes de cero cuando tienes que volver a desprenderte del alma, tan difícil es..

Cuando era pequeñina nadie me dijo lo fríos que se quedan los pies cuando alguien se va, nadie me dijo que iba a ser la más querida de después de ser querida. Nadie me dijo que me equivocaría una y otra vez de destino, porque tal vez mi destino llegó, cuando no era nuestro momento.

Tal vez después de tantas piedras, de tantos sapos, ya no sepa como calentar los pies, y ahora sé, que los abrigos de una noche no me apetecen, y ahora sé que sigo queriendo jugar, que quiero que me mimen, que necesito que me mimen, de la misma manera que yo sé mimar. Que quiero que la vida me atraviese el corazón de nuevo, me devuelva las ilusiones y los sueños que, de pequeniña, cuidaba que nadie rompiese.

Que quiero , aun sin ti, volver a enamorarme, sonreír cómplice, acurrucar los días entre brazos, que posen sus labios en mi cuello, descansando amor. Que necesito volar, porque sigo siendo la misma pequeña que prometió sin saber que las promesas no se cumplen, no dejar de buscar su destino, aun habiendo este, llegado a destiempo, sin ser su momento.

Que puedo haberme equivocado al esperarte , no lo pongo en duda, que siento haberte deseado de más, y desear de menos a quien me desea de más, que siento haber sido tu princesa cuando no estaba, y haberlo dejado de ser cuando estuve, pero sé sin dudarlo, que volveré a ser tu princesa, porque todo lo desconocido de mí para ti terminará atrayéndote, y cuando no esté, volveré a ser la más querida de tus deseos, porque me quedó tanto por descubrirte, tanto por darte…mas yo no soy así, y dejarás de estar, de ser, después de agotar este tiempo de espera, solo he de sentir que me equivoque de destino, y saldré a buscarlo, porque de pequeñina, se lo prometí a esa princesa que dejé de ser para volver a ser, cuando ya no esté.

Que quiero, aún sin ti, volver a morir de amor si rozan mi piel. Espero no ser entonces, tu destino a destiempo
.

Comentarios

Entradas populares