"Me pregunto y me Freno"


Por fin tengo dos compañeras en la oficina, no son de mi departamento, pero es maravilloso poder comer con alguien que no te separa la silla para sentarte, que no te mira impulsivamente mientras te llevas un bocado a la boca, y es aún más maravilloso poder reconocer abiertamente que no tienes pareja, y relajante eso de no tener que mentir constantemente, a preguntas que no se dan.

Tengo ya tres aliados, Pedro que es como mi hermano y al que, cada vez que miento cuando Diez me da la el coñazo hablándome de aquel José Manuel que tiene que andar listo porque ahora que soy joven y guapa es cuando tiene que pillarme, le susurro, “dios , que pedazo de mentirosa estoy hecha”, aunque en realidad no miento, solo escucho y a veces asiento con la cabeza. Están mis dos nuevas compañeras, que entienden que nunca dijese nada de ninguna ruptura.

El caso es que todo este rollo viene dado porque no soporto dar consejos, no soporto las rupturas, ni las lagrimas que asoman cuando menos te lo esperas, intentando buscar abrigo o comprensión en otras personas, menos aún lo soporto cuando apenas conozco a la persona a la que se le escapan dichas lagrimas, sí, tengo una nueva compañera que no está pasando su mejor momento , y aunque pueda parecer mentira, y escriba y escriba, siempre callo mucho más de lo que escribo, porque no me gusta compartir del todo lo que siento, porque hay temas que no hablo a viva voz con nadie, ni tan siquiera con mis mejores amigos. Por eso tal vez me cuesta entender que alguien sin apenas conocerme haga de mí su paño de lágrimas.

No me gusta dar consejos, porque yo nunca los sigo, y porque es muy duro entender en mitad de la vorágine de una ruptura, de un “necesito tiempo”, que hay frases que nunca jamás se quieren escuchar, porque casi siempre aguardan detrás del maquillaje que llevan ,una ruptura definitiva, ¿quién creo esas frases tan rocambolescas?, ese socorrido “no es por ti, es por mi”, “ojala encuentres a alguien que te merezca de verdad”, “necesito tiempo y espacio”, “no es culpa tuya, es mía”, “no te merezco, eres demasiado para mí”…uffff, que agotadoras, ridículas y absurdas, ¿por qué no un “simplemente he dejado de quererte”?, o un “no eres lo que espere que fueras…

A veces es mucho más dañino un “a medias te dejo” que un “olvídate de mí”, y lo único valido es que todo pasa, que justo cuando crees que no vas a poder asomar la cabecina al mundo del amor, de la pasión, justo cuanto más lo crees , más te equivocas, porque siempre hay alguien, siempre hay alguien a la vuelta de la esquina para toparse contigo y volver tu vida del revés, para hacerte aún más infantil de lo que ya eres, siempre hay alguien con quien morirte de miedo por si sale mal, solo es necesario continuar caminando, y si llegas a esa esquina y te vuelves a topar con ese alguien a quien pediste tiempo, o quién te pidió tiempo , pues será que la magia con esa persona no se agoto, o que simplemente estuvisteis juntos cuando no había llegado vuestro momento, si al doblar esa esquina la persona es otra, tendrás tal vez más miedo que la ultima vez, pero es un absurdo no pararse a descubrir lo que depara ese choque en esa esquina.

Con el tiempo agradeces que la ruptura sea franca y sincera, porque son esas las relaciones de las que sí te quedas algo bueno, de las que puede nacer algo realmente bonito. Si tienes la oportunidad de tragarte una ruptura larga, dolorosa y sin escrúpulos, sabes valorar lo bueno de quién se va haciendo las cosas bien, si te vas haciendo las cosas bien y vuelves a toparte en una esquina con esa persona la magia de la amistad, o de la cordialidad, o del amor, puede surgir.

Es duro decirle a alguien que está en medio de esa vorágine que sopese lo que va a perder por el camino de los reproches, de los , “estoy tan mal sin ti”,¡¡¡claro que está mal uno cuando siente!!!, cuando aún quiere, pero si la otra persona ha decidido marcharse, es egoísta no dejarlo ir, egoísta , dañino, y destructivo con uno mismo, con la otra parte implicada.

Claro que se llora, que se siente la ausencia, que deseas, que quieres mimos, y que , no los quieres de nadie que no sea él, pero uno tiene que seguir caminando, encontrando, aunque te lleve una vida toparte con otra esquina, y en ese camino sigas queriendo aquello que se fue, lo importante es no quedarse quieto, y tener claro, qué reproches te harías a ti mismo antes de hacérselos a nadie.

Así que ahora que por fin no tengo que justificar una mentira, y que no tengo que recordar a cada paso que soy una asquerosa mentirosa y petarda, tengo a una nueva compañera que está metida de lleno en una ruptura, que por lo que me consta es bastaste sincera, suave y leal, una compañera a la que se me antoja decirle que por favor no ahogue algo que va a pasar tarde o temprano, que dejara de doler, porque no hay terceras partes, ni mentiras , y que si continua en el camino de “cuánto daño me estás haciendo” , va a perder la oportunidad de toparse con alguien en una esquina, y que si de topar se topa con este alguien que ahora se va , lo habrá dejado tan malherido y tan asfixiado , que no será capaz ni de respirar el aire compartido.

No me gusta dar consejos y últimamente me pregunto, por qué me cuentan a mí algo que yo, ni a mis más allegados soy capaz de contar, por mucho que escriba parte de lo que siento.

Me pregunto cómo demonios decirle a alguien que lo deje estar, que respete a quién no quiere ir de su mano, si igual a veces de mí se puede pensar lo mismo, aunque yo no diga, aunque yo lo calle, me pregunto si yo ¿he hecho sentirse así a alguien?, y ¿por qué esta historia ajena a mí me hace frenar en seco?

Comentarios

Entradas populares