"Me pican los Mosquitos"

Hoy, esta misma tarde, que poco a poco va siendo absorbida por la noche, lentamente, tengo tiempo para extenderme en revolver mis entrañas. Me revuelvo por dentro, me toco, tras una siesta desafortunada en la que mi subconsciente ha querido vender mi alma al diablo.

Me revuelvo pues, las entrañas, con el vacio que queda en mi tras haber apigarzado mi estrés en una siesta, llena de lagrimas y desasosiego, y con la ausencia de mi alma a flor de piel.

Para desprenderme de esa sensación he ido a buscarme dentro, a buscar lo más hermoso que poseo, sin duda, lo que más conozco de mi misma, mi capacidad de amar.

Vengo, a sentarme después de mi onírica perdida, junto a la noche tardía que cae, a cuidar de mi misma, a querer mi forma de querer…

Parece que tengo el amor en desuso, parece que lo he adormecido dentro de mí, después de mi intento fallido de dejar de querer de más y buscar de menos en clavos que no son mi clavo. Parece que he perdido el apetito romántico, que no quiero más palabras bonitas, que me da de más y me da de menos si tengo o no mimos, si tengo o no abrazos, si tengo o dejo de tener. Parece que una sola está bien ,que los clavos de una noche son maravillosos, porque a la mañana siguiente no hay lazos que cuidar para que no aprieten, para que no ahoguen, parece que tengo en desuso mi romanticismo, que he dejado de soñar con cada uno de los ideales , que para bien , o para mal me han hecho, siempre en cierta medida, ser como soy hoy.

Parece que de pronto no me gusta hablar de amor,ni me gusta hablar de sentimientos, parece que he congelado cada una de mis emociones, parece , pero a veces lo que parece no es, y mucho me temo que sigo siendo una media naranja que no encontró su otra mitad, o que la encontró, pero se la bebió hasta atragantarse y quedarse sin más, sin más media naranja que beber.

Repito, una y mil veces repito, que no soy de hablar para escucharme, que soy más de sentirme, y me siento cuando nadie escucha, cuando mis sentimientos están a flor de piel, cuando dejo el miedo en la cama, y me desnudo sin que nadie pueda ver, sin que nadie pueda opinar , por qué es que soy así.

Y sigo, sigo queriendo, sigo, sigo amando, mi romanticismo está intacto, mis ideales son ideales, y me muero por un beso de algún clavo que no supe sacar de dentro , ni con los clavos más hermosos de esta tierra. A veces, a veces me entristece perder, porque perder entristece hasta al más optimista, porque no es fácil reconocerse a si mismo que se equivocó de media naranja, entristece, como pican los mosquitos.

Cada día está lleno de ausencias suyas, como si alguien lo hubiese hecho desaparecer, despierto en mitad de la noche, y creo encontrarlo, creo poder besar sus labios, como antes…ausencia, puedo sentir sus manos enjabonando mi espalda cada mañana…ausencia, puedo oler el aroma de su cafetín, bien caliente…ausencia, a veces me sorprendo cogiendo el camino a su casa…ausencia, se quedan mis brazos fríos porque recuerdo sus abrazos mientras paseábamos al pequeño por la noche…ausencia, y mi piel desnuda parece dejar de brillar cuando pienso en las yemas de sus dedos recorriéndola en la oscuridad…ausencia. A veces lloro, porque esas ausencias que no siento con cualquier otro clavo responden a algo mágico, especial , algo importante, que se va perdiendo entre mis recuerdos.

No voy a negar que la ausencia duele, ausencia es vacio. Pero hasta el vacio se hace menos vacio, solo hay que llenarlo, y voy, poco a poco desperezando mis alas de ausencias, poco a poco voy abriendo mis ojos, porque el tiempo abre de nuevo el alma y el corazón al mundo, porque el tiempo, aunque nos neguemos a perder, nos hace ganar, el tiempo gana al desamor, seguramente con otro amor por venir.

Más no me avergüenzo por sentir de más, no me avergüenzo por gritar que extraño los respingos en mi estomago, los nervios de niña en cada encuentro, no voy a negar, que extraño intensamente sus lunas, tampoco voy a negar, que voy extrañándolas cada noche un poco menos. Porque el tiempo, el tiempo solo cura ausencias a quien tiene el valor de volver a amar, después de haber amado.

A pesar de seguir caminando aún sueño, cada vez más espaciado en el tiempo, que vienes a por mí, para llevarme a quererme bajo las sábanas, que aún puedo quererte, que somos magia, y no un recuerdo, aún, a veces, sueño que podemos. Pero esas ausencias no me dicen más que debo seguir caminando, para cerrar mi corazón a tu deseo y volver a enamorarme como una pequeña que ama por primera vez, después de su primera vez.

Porque solo quien tiene el valor de amar podrá decir que ha vivido intensamente…solo quién es capaz de volverse ausencia ha sido amado intensamente… y a mí ,a mí también me pican los mosquitos.

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