Querer, Creer, Confiar.


Estamos mi cafetín y yo, ahora somos uno menos en nuestras conversaciones, que se han quedado a dos , y que ya nunca serán a tres, hace ya muchas lunas que mi cigarrin no tiñe el olor de mis letras, hace ya muchas lunas que mis letras no tiñen de color mi corazón, entiendo que las ahogué, por un miedo que se instaló de más en este alma mía, pero estoy aquí, revoloteando en ellas hace tiempo, queriendo dejarlas venir, preparada para llorar desconsoladamente, para reír mientras recojo los pedazos que quedaron en las últimas batallas que ha librado este corazón fuerte, y loco, muy loco.

Voy a ahogar mi pena en el alcohol de las palabras que brotan del alma, este alma, que se empeña en enmudecer mis sentidos, con su sentido. Estamos aprendiendo a querer que nos quieran, estamos aprendiendo a creer, estamos aprendiendo a dejar marchar ese miedo instalado, las personas a las que amamos a veces se van, aunque prometiesen cuidarnos siempre, se van, porque el destino quiere que así sea, no estaba en su mano quedarse, no nos abandonan, se van… queridas mis letras, es hora de entender que es un absurdo pensar que es mejor no amar, para no perder. Aunque estemos aquí juntas, recomponiendo los pedazos, empezando a creer, a confiar, mudando la piel del miedo, aprendiendo a vivir con la sensación de desamparo que la vida sin entender muy bien por qué , nos ha dejado.

A veces, las punzadas no son explicables, sin más. Si sólo son, o si dejan de ser, se sienten, sin saber debido a qué, es como las señales, se cree en ellas, o no se cree, yo, mi cafetín , la lluvia que comienza a caer, y mi piel creemos en las señales, en las punzadas, creemos.

¿Cuánto de sinceridad hay en nuestras palabras?, ¿cuánta sinceridad hay en nuestros actos?, en nuestras miradas, en nuestras caricias, ¿es tu cien por cien el mismo que el mío?, ¿es el mío más auténtico?, o tal vez ambos creemos tener el cien por cien porque no tomamos en cuenta aquello que no contamos como parte de la sinceridad. ¿es para mí importante aquello que obvias?, ¿es para tí importante aquello que obvio?

Le pediría a la luna que no me falles, pero hay cosas que no se deben pedir, voy a mimar la sensación que queda en mi piel, en mi mirada, en mí, voy a olvidar mis punzadas.

Porque ahora que somos uno menos, que mi cafetín y yo volvemos a revolotear por mis entrañas, porque ahora que somos, sin pretensiones, porque ahora es el momento de recomponer los pedacitos rotos que tenemos aquí dentro, ahora es momento de soltar lastre, de volver a creer en los que nos quieren, de volver a querer que nos quieran.

Estamos mi cafetín y yo, ahora somos uno menos en nuestras conversaciones, que se han quedado a dos , y que ya nunca serán a tres, hace ya muchas lunas que mi cigarrin no tiñe el olor de mis letras, hace ya muchas lunas que mis letras no tiñen de color mi corazón, entiendo que las ahogué, por un miedo que se instaló de más en este alma mía, pero estoy aquí, revoloteando en ellas hace tiempo, queriendo dejarlas venir, preparada para llorar desconsoladamente, para reír mientras recojo los pedazos que quedaron en las últimas batallas que ha librado este corazón fuerte, y loco, muy loco.

Entradas populares