"Piedras"

De cuando “tus personas” te decepcionan, y vuelves, y repites, y golpeas una y otra vez con las mismas piedras, tus piedras.


Hasta las piedras más grandes, a base de golpes, se van rompiendo, minando, llegando , tal vez, un día, a ser gravilla , siempre hay un ultimo golpe, antes de terminar con todo, y ya no hay más que golpear…


Podría contaros que todos los días hay quien me dice lo radiante que me muestro al mundo, que todos los días malos encuentro a alguien que pregunta, que me siento cuidada, mimada, y tremendamente gilipollas.


Puedes dar una caricia y encontrar un zarpazo, a lo largo de mi vida he asumido los zarpazos, he asumido las idas y venidas, he asumido, que no todo el mundo siente igual, ni tiene las mismas necesidades , ni los mismos valores, he asumido, a los que he querido a mi lado, a los que he querido lejos, a los que han querido estar a mi lado, y a los que no han querido acompañarme de la mano. Porque la base para caminar es asumir el camino, con todos sus desniveles, sus obstáculos, sus caídas y sus “echar a volar”.


Alguien, hace ya muchos años, me dijo que todo el mundo puede llegar a decepcionarte, esa decepción no está en tus manos evitarla, pero , que quien te decepciona dos veces, no es culpable de hacerlo la segunda vez, es en esa segunda vez donde la culpa comienza a ser de uno mismo y no de la persona que te decepciona.


Tengo , grandes personas a mi lado, no me falta un cafetín, ni unas risas, ni una conversación o un silencio sin más, en los momentos más duros de mi vida es cuando realmente he asumido que hay gente que es mejor tener lejos, y que hay manos que no me soltaran jamás, que no soltare jamás.


A pesar de los años que se suman a las espaldas, a pesar de las experiencias vividas, a pesar de la vida en si, que te da tanto y te quita tanto, una no aprende hasta que llega a ese estado de sentirse “gilipollas”, y golpea según que piedras, y golpea y golpea.


Y tengo mil gracias que dar, por esos últimos cafés tan necesarios para mi , por esas palabras de ánimo, de tú puedes, por esos empujones, esos planes, ese dejar que el corazón se evada de las perdidas que se han venido dando. Por aguantar toda mi fuerza y mi falta de ella.


Cada mañana me esfuerzo por estar radiante, de corazón, por dejar a la tristeza a un lado, y a mi locura actuar por mi, como siempre. Pero también siento que me he esforzado por personas que no se han esforzado por mi, cuando , si, ahora les tocaba a ellos ese esfuerzo.


De cuando “tus personas” te decepcionan, y vuelves, y repites, y golpeas una y otra vez con las mismas piedras, tus piedras.


Hasta las piedras más grandes, a base de golpes, se van rompiendo, minando, llegando , tal vez, un día, a ser gravilla , siempre hay un ultimo golpe, antes de terminar con todo, y ya no hay más que golpear…


Lo que no saben esas piedras es , que hay momentos en los que la vida no quiere que sigas sintiendo esa sensación de desamparo, que es una sensación por la que todos tendremos algún día que pasar, y yo, seré entonces una piedra a la que golpear, hasta romper del todo, sin importarme cuantas veces golpean sobre mi, porque las piedras no son de “sentirse gilipollas”.

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