ME IMPORTA UN HUEVO, TIA!!!
¿Cuánto puede cambiar la perspectiva de una relación según los años que han pasado?, ¿cómo la visión que tenemos de algo cuando somos pequeños puede ser tan distorsionada? Debe ser que este , es el año de los descubrimientos, de las caídas de vendas en los ojos, de la reflexión, del reponerse constantemente, mejor así, no habrá más años como este, eso que nos llevamos mi asombro y yo, no volver a asombrarnos de esta forma.
Tengo las pequinas a flor de piel, y regreso con un dedo del pie amoratado, eso me recuerda que voy atropellada por la vida, dos veces he fisurado el mismo dedo, por correr, por salir huyendo, no recuerdo cual fue , ni en cual de mis dos pies, solo sé que asumo romperlos, por salir corriendo, por ir descalza por la vida, por mi miedo, o por mi valentía, miedo cuando escapo para no mostrarme tal cual soy, o valentía, cuando es todo lo contrario.
Tengo para regalar sacos de tristeza, que se ha ido acumulando en estos últimos meses, la tengo guardada porque no he sido capaz de asimilarla, ni de aprender de ella lo suficiente, la tengo guardada para tirarla en mi próximo viaje, voy a dejarla unos días más en mis espaldas, por si decide enseñar algo de provecho a esta loca de pies descalzos, no tengo a quien regalársela, nadie a quien deseársela, solo sé que me ha robado muchas sonrisas, que ha llenado mi estómago de nuditos, que ha frenado mis impulsos, de no entender, que me ha hecho sentir pequeña, muy pequeña…
Este ha sido un viaje de mirar por dentro, de coger mis entrañas y dejarlas moverse a su antojo, he sabido de cuanto me quieren, de cuanta gente conoce a esta pequeña pulgosa, de cuanta gente no conoce a esta misma pequeña pulgosa, he frenado en seco el ritmo de la rutina y me he echado a llorar, sin medida, he dejado a mi memoria enseñarme quien está a mi lado, quien no, quien me provoca sonrisas, ganas de locura, de sueños , de planes, y quien me deja con esa sensación de vacío, de no saber que hacer, que decir.
Ahora que regreso con la tristeza en saquitos, y mi locura haciendo de las suyas por mi piel, ahora respiro, y solo tengo ganas de gritar bien alto , que me merezco a los amigos que tengo, me los merezco porque los cuido, mucho, los mimo, mucho, tanto como ellos me miman a mi, y que no, no me merezco a todos aquellos que no están, sin más.
Que supongo que todo lo ocurrido en estos meses me hace más fuerte, más loca, que tengo ganas de VIVIR, de romper cadenas de una vez por todas con quien no quiere tenerme cerca con lo que eso supone, con quien no sabe quien es la pequeña pulgosa, como es, como siente, como baila por las noches, como sueña, como ríe, ríe y por supuesto, como llora, me conozco demasiado a mi misma, y sé que era vital para mi enfrentarme a quien está y quien ha dejado de estar, quien ha llegado para tal vez quedarse, y quien , en realidad nunca ha estado.
No hay nada bueno en las “despedidas”, en los malos momentos, pero si algo he sacado en claro es, que las cosas “no buenas” vienen juntas, de golpe, y que para recuperarse de ellas, siempre es necesario el amor de los que están a tu alrededor, que en esos momentos, es cuando más gente abandona el barco, que es incomprensible, pero tal vez lo mejor, que , por supuesto las familias son autoimpuestas, pero no intocables, que los amigos, se ven, se tocan, se hablan, se cuidan, se conocen, e intentan hacer más llevaderos los momentos malos, e inolvidables los buenos.
Que no quiero hacer balance, porque no me gustan los balances, pero los que me conocen saben que soy impaciente para casi todo, y muy paciente con la gente que quiero, pero no, no me gusta que me hagan sentir mal, sin entender por qué. Y aunque supongo que más que a mi no le duele a nadie, quiero dejar que se marche quien tenga que irse.
Porque regreso con muchas ganas de VIVIR, con muchas ganas de sentir toda mi locura en mi piel, con muchas ganas de no volver a preguntarme por qué hay gente que se empeña en decirme lo mucho que le importo si no saben nada de mi, con lo fácil que es decir, ME IMPORTA UN HUEVO , TIA!!!
Tengo las pequinas a flor de piel, y regreso con un dedo del pie amoratado, eso me recuerda que voy atropellada por la vida, dos veces he fisurado el mismo dedo, por correr, por salir huyendo, no recuerdo cual fue , ni en cual de mis dos pies, solo sé que asumo romperlos, por salir corriendo, por ir descalza por la vida, por mi miedo, o por mi valentía, miedo cuando escapo para no mostrarme tal cual soy, o valentía, cuando es todo lo contrario.
Tengo para regalar sacos de tristeza, que se ha ido acumulando en estos últimos meses, la tengo guardada porque no he sido capaz de asimilarla, ni de aprender de ella lo suficiente, la tengo guardada para tirarla en mi próximo viaje, voy a dejarla unos días más en mis espaldas, por si decide enseñar algo de provecho a esta loca de pies descalzos, no tengo a quien regalársela, nadie a quien deseársela, solo sé que me ha robado muchas sonrisas, que ha llenado mi estómago de nuditos, que ha frenado mis impulsos, de no entender, que me ha hecho sentir pequeña, muy pequeña…
Este ha sido un viaje de mirar por dentro, de coger mis entrañas y dejarlas moverse a su antojo, he sabido de cuanto me quieren, de cuanta gente conoce a esta pequeña pulgosa, de cuanta gente no conoce a esta misma pequeña pulgosa, he frenado en seco el ritmo de la rutina y me he echado a llorar, sin medida, he dejado a mi memoria enseñarme quien está a mi lado, quien no, quien me provoca sonrisas, ganas de locura, de sueños , de planes, y quien me deja con esa sensación de vacío, de no saber que hacer, que decir.
Ahora que regreso con la tristeza en saquitos, y mi locura haciendo de las suyas por mi piel, ahora respiro, y solo tengo ganas de gritar bien alto , que me merezco a los amigos que tengo, me los merezco porque los cuido, mucho, los mimo, mucho, tanto como ellos me miman a mi, y que no, no me merezco a todos aquellos que no están, sin más.
Que supongo que todo lo ocurrido en estos meses me hace más fuerte, más loca, que tengo ganas de VIVIR, de romper cadenas de una vez por todas con quien no quiere tenerme cerca con lo que eso supone, con quien no sabe quien es la pequeña pulgosa, como es, como siente, como baila por las noches, como sueña, como ríe, ríe y por supuesto, como llora, me conozco demasiado a mi misma, y sé que era vital para mi enfrentarme a quien está y quien ha dejado de estar, quien ha llegado para tal vez quedarse, y quien , en realidad nunca ha estado.
No hay nada bueno en las “despedidas”, en los malos momentos, pero si algo he sacado en claro es, que las cosas “no buenas” vienen juntas, de golpe, y que para recuperarse de ellas, siempre es necesario el amor de los que están a tu alrededor, que en esos momentos, es cuando más gente abandona el barco, que es incomprensible, pero tal vez lo mejor, que , por supuesto las familias son autoimpuestas, pero no intocables, que los amigos, se ven, se tocan, se hablan, se cuidan, se conocen, e intentan hacer más llevaderos los momentos malos, e inolvidables los buenos.
Que no quiero hacer balance, porque no me gustan los balances, pero los que me conocen saben que soy impaciente para casi todo, y muy paciente con la gente que quiero, pero no, no me gusta que me hagan sentir mal, sin entender por qué. Y aunque supongo que más que a mi no le duele a nadie, quiero dejar que se marche quien tenga que irse.
Porque regreso con muchas ganas de VIVIR, con muchas ganas de sentir toda mi locura en mi piel, con muchas ganas de no volver a preguntarme por qué hay gente que se empeña en decirme lo mucho que le importo si no saben nada de mi, con lo fácil que es decir, ME IMPORTA UN HUEVO , TIA!!!
