¿Que si lo quiero?

Sábado 13 de Febrero, Madrid.

¿Que si lo quiero?, ¿aún?, nunca he sabido muy bien cuanto, ni cuál era el grado de intensidad de mi cariño, de, ahora por qué no decirlo, pasión por él, siempre supe que lo quería, lo supe, desde el primer día que cruzamos nuestras miradas, yo tan pequeña, y con una locura que me ayudaba sobremanera a ocultar lo frágil que era, que me sentía, desde el primer día que jugamos lo quise, de una manera tan pura, tan inocente… inconscientemente, o conscientemente, ya no lo sé.

He deseado cada uno de nuestros reencuentros, deseaba que me agarrase la cintura, atrayéndome hacia su cuerpo, pareciendo tan natural, pero deseando que lo hiciera, dejando que lo hiciera.

En su paso por mi vida, me he enamorado, he tenido mis historias, mis más y mis menos, nunca tuve nada con él, a lo largo de los años supe que no podía ser, me conté historias a mí misma de por qué no podía ser, tal vez porque aunque me sentí única, no me sentí nunca la primera, y eso, durante muchos años hizo que saliese corriendo después de encontrar su mirada, justo en el momento en el que la pasión me hacía débil, era un no querer fallar a quién no paraba de hablarme, a veces mal, a veces mentiras sobre él.

He querido y he amado como nunca le quise ni le amé, estoy segura de ello, fui demasiado tajante con mis deseos, no, es no. Y así, pasaron los años, sabiendo que adormecía algo dentro de mí, que lo acallaba, para no perder más de la cuenta, no con él.

Recuerdo la noche que me besó, lo hizo, o tal vez fui yo, porque no supe irme en el momento en el que la debilidad se apoderó de mí. Sé que hubiese descansado mis deseos entre sus brazos muchas otras veces, pero nunca lo hice, porque necesitaba que él me dijese, merece la pena, ven.
He reído, he soñado, he planeado, me he comido el mundo, y a veces me he atragantado con él, pero sin duda hice mi vida, sin él, ¿por qué decidí entonces después de tantos años dejarme llevar?

Porque de alguna manera su mirada, sus brazos rodeándome, y ese deseo tan adormecido , o amordazado dentro de mí, se pusieron de acuerdo con la luna que alumbraba aquella noche para hacerme débil, evidentemente sola… todo estaba a nuestro favor.

Supongo que de nada sirve decir no a un deseo, era maravilloso encontrarme con él, porque sabía cómo hacerme reír, porque era incansable en sus halagos, una y otra vez me hablaba en el cuello, bajito, dulce, y payaso, tal vez tanto como yo.

Lo tuve claro, quería más, ir más allá con él, conocerlo , saber cómo era al anochecer, al amanecer, quería bailar con él, quería tal vez demasiadas cosas.

Quería sentir que aquello que me decía insistentemente durante años era verdad, que era única
para él, y que no eran simples estrategias de ligón al uso.
Nunca llegó a hacérmelo sentir. Tal vez porque yo me preparé para no sentirlo, o porque simplemente mi miedo a no sentirlo hizo que no lo sintiese.

Recuerdo que antes de ese verano, en mi vida, iba y venía ______. Era genial, quedábamos cuando nos apetecía, lo pasábamos bien, y ya, nada más. Era arrebatadoramente mono, lleno de pasión que dejaba caer por cada rincón de nuestra atípica relación. He dicho mil y una veces, que yo nunca he sido de relaciones, sólo cuando me ponen el mundo del revés, y eso, ha pasado en muy poquitas ocasiones. Porque no me gusta mentir a nadie, ni prometer mi cielo a quien tan solo tiene mis manos, mi sonrisa y parte de mi tiempo.

Por eso me cuesta, me da miedo, cuando decido comerme el mundo, me cuesta creérmelo, y los pasitos son lentos, tal vez porque atragantarse no es ni tan bonito, ni tan dulce como lo son los comienzos.

La noche que mi debilidad me pilló por sorpresa, no pensé ni un segundo en ______, ni uno solo, porque no había nada en lo que pensar, ni nada que elegir, ni nada más que una debilidad que quería que llenase cada rincón de mi cielo. Cielo que creo que no supe dar.

Me he quedado con las ganas, con las ganas de tocar su cielo y regalar el mío.

Una vez se fue, o me fui, o nos fuimos ambos, ______volvió, pero que te voy a contar que no sepas,
o tal vez cuente de más, porque ya sabes que no me gusta hablar demasiado de lo que siento, de cómo están las cosas, aunque pueda parecer incoherente, soy así, lo mismo me paso un año sin pronunciar palabra, que escribo un aclaratorio de cómo están las cosas por aquí dentro, siendo, creo , lo más clara posible.

Cuando ______ regresó a mi vida ya nada fue igual, sentí su necesidad de más en muchas ocasiones, y mi necesidad de menos en las mismas. Cuando hay rescoldos lo suficientemente candentes en el corazón de alguien, eso de un clavo saca otro clavo no es del todo real, ayuda, pero a veces te hace sentir más insatisfecho espiritualmente. Y creo que eso fue lo que ocurrió con ______, él decidió ir a por todas después de nuestro parón, pero no midió las consecuencias de aquel tiempo, esas consecuencias fueron falta de interés, comparaciones odiosas, y favoritismos emocionales, él no era mi favorito, es evidente que no lo era, y lo hubiese vuelto a dejar atrás sin pensármelo dos veces si mi debilidad hubiese dado señales de deseo por mí.

Por lo que una mañana , desperté queriendo no estar nunca más con él, sintiendo la necesidad de pasar página sin otro clavo, y buscando la manera de volver a saber querer , sin traspasar la línea de querer como siempre había querido a mi niño riesgos.

Pero ahora es todo distinto, y si siento que he perdido. Que no sé si mereció la pena, porque creo haber perdido esa magia que acompañaba nuestra relación, que ya no volveré a encontrarlo, que ya no podré abrazarlo y jugar con él como siempre lo hice, porque tal vez para él ya no siga siendo la niña que era antes de nuestro intento de querernos.

Y ahora me encuentro genial, después de este año tan atípicamente solitario, y me da miedo dejar de querer algo mas con él, dejar de ilusionarme, dejar de desearlo, pero me obligo a ello, es una obligación y no un deseo.

Si de algo estoy segura es de que la vida pasa, y que las historias, cuando no se dan, se van. Estoy segura de que lo mío con el niño riesgos se terminará con el tiempo, y conoceré a alguien que me vuelva tan loca como me volvió él, lo sé, porque no es la primera vez que me ocurre. No soy nada catastrofista, ni pesimista, por lo que sé que pasará, que se va diluyendo poco a poco. Pero también sé, que me da pena, porque creo que había magia, una magia intensa que me hubiese gustado disfrutar plenamente. Quisiera cerrar los ojos, abrirlos, y volver a empezar en aquella noche de agosto, dando mis risas al cien por cien, como, reconozco que no di.

Y aunque me flojeen en ocasiones las emociones, y quiera ponerme el mundo por montera e ir corriendo tras él, son impulsos de las últimas fuerzas de tanto haber soñado con él.

¿Qué si lo quiero?, ¿y qué?, no tuve el tiempo suficiente para ir a más, a más, a más, va pasando y ahora que ya estoy en casi plena forma emocional, sé que saldré, conoceré, me volveré loca, y lo haré porque él no está aquí para volverse loco conmigo.


______ (usado para identificar, o más bien no identificar al clavo que no sacó al otro clavo)
Niño riesgos (usado para no desvelar el nombre del clavo principal, el favorito, y así no desmerecer a ningún otro clavo, juassss)

Comentarios

Entradas populares