"Tu abrazo a medias"

Estos días he escrito demasiado, he ido desgranando sensaciones, las escondo para mí, porque me parece injusto ser tan explícita, injusto para mí.

¿Qué haces cuando el comienzo de un abrazo te hace volver a sentir que estás en casa?, y acortas ese abrazo…en vez de fundirte en él.

Pues vuelves a la realidad, ves las cosas con la distancia adecuada, y afrontas que las señales no fueron tales, que todo se ha quedado quieto, y que si, tal vez va siendo hora de pasar página, como ya venías haciendo antes de cruzarte de nuevo con sus ojos, y su abrazo, ese que dejaste a medias, que va siendo hora de seguir caminando, y dejar de una vez por todas que otros brazos te abracen.

Y dejas que te mimen, poco a poco, y barajas la posibilidad esa de la que tanto se habla, esa de un clavo, saca otro clavo. Le das mil vueltas, esas vueltas que sin duda no darías si fuese tu clavo el que acudiese a mimarte, y no quieres, pero vas llegando a la conclusión de que es lo que hay, que comenzar de nuevo es lo mejor que te puedes regalar a ti misma.

Y seguramente el miedo ha hecho que todo se quedase parado, y seguramente no fui directa, y seguramente…mil excusas y una más buscas para quedarte ahí, esperando que aparezca para darte la otra mitad de ese abrazo que no dejaste que te diera, porque te vuelve simplemente loca.

Esperas noticias, y te llegan citas para otros besos que no son sus besos, y vas dejándolo pasar, y pasa el tiempo, y se va quedando la piel fría, se van agotando las excusas que buscas para no escapar de su recuerdo, y te topas con la realidad, y la realidad dice que él no va a volver a por ti, porque de ser así, ya habría vuelto, así que por qué seguir esperando.

Por lo que te envuelves en el papel de niña decidida, ese que no has sabido tomar con él, y cierras las puertas para abrir las ventanas, y deshojas los clavos, que no están nada mal, y te vas dejando convencer a ti misma de que va siendo luna ya que te dejes mimar. Y te dejas llevar.

Y vuelves a recorrer el camino desandado por esa noche de verano, en la que te quedaste con ese abrazo a medias. Vuelves a esconderte de tu clavo, para dejarte llevar, porque eres coherente hasta en tus incoherencias, y sabes, que nada se sostiene de la nada, que todos necesitamos mimos, caricias, juegos y amor.

Estos días he escrito demasiado, he ido desgranando sensaciones, las escondo para mí, porque me parece injusto ser tan explícita, injusto para mí y os dejo, con estas pocas miguinas de pan.

Entradas populares