El día que caí con Zoe

He buscado hueco en las horas que no existen, en los minutos que mueren frente a mi sin que pueda alcanzarlos. He buscado hueco para desahogar mi culpa, para poder sentirme plena y perdonarme. Y no lo he encontrado, más he robado unos minutos a esa mitad de ratita presumida que me viste para poder dejar de lado este ..."por mi culpa, por mi culpa , por mi gran culpa".


El día que caí con Zoe iba por la vida como una moto, a pesar de ser festivo para ella y festivo  para mi también, a pesar de ello , yo y mi prisa, yo y mi falta de tiempo nos subimos en esa moto acelerada. Fuimos a comprar su uniforme de verano, calcetines varios para todos los que en esta casa moramos, perdí la cuenta de lo que pudimos hacer sin parar ni para tomar un respiro, y Zoe pletórica, mi pequeña bichina iba a mi lado , caminando agarrada al carrito cuando lo llevamos, caminando un poco mas adelante , y un poquito más atrás, pero pletóricamente buena y comprensiva para ser una persona de casi dos años.

Terminamos en El Corte Ingles, cambiando una falda vaquera preciosa que me regalaron por mi cumpleaños, una falda vaquera que para las mujeres con la cintura en su sitio es llamada "minifalda", para las mujeres con la cintura a la altura del acueducto de Segovia es un "cinturón vaquero".

Zoe pletórica igualmente, juguetona, simpática, como siempre, tan risueña... cambiamos mi "cinturón vaquero" y nos fuimos a casa. 

El día que caí con Zoe había mucha gente en el parking de El Corte Ingles, yo los vi cuando salí de la tienda, a todos, Zoe me pidió brazos, y después de llevarla toda la mañana caminando, de haber dejado el carrito en el coche en nuestras ultimas compras, no me pude resistir a dejarle mis brazos para su descanso, su necesidad de mimo, de enredarme el pelo...

El día que caí con Zoe seguía teniendo una pierna que responde cuando le viene en gana, seguia teniendo el hombro, el brazo, y la mano doloridos después de mi visita al fisio, a pesar de mis pesares, yo cedí mis brazos a Zoe, porque no hay nada mas bonito que tenerla cerca, achuchadita... podría enumerar muchas mas cosas de esas de "no hay nada mas bonito" , pero me quedare con esta , con dejarle mis brazos malheridos para que me llene de amor, porque eso hace , llenarme de amor y llenarle yo a ella .


El día que caí con Zoe iba en esa moto y en esas condiciones, y juro haber visto a todas aquellas personas en el parking del El Corte Ingles, lo juro, pero tropecé, y durante cinco minutos caí, en la caída más larga y extensa de todas mis caídas, que los que me conocen conocen y saben bien que no son pocas...

Vi esa película de la que hablan cuando estas a punto de morir, pero sin morir, una película un poco mas acorde a mi misma y al  momento en sí, fui capaz de verme caer en distintas posturas, en todas ellas con Zoe entre mis brazos, de frente, de lado, con las rodillas , con los codos, fui capaz de girarme sobre mi misma para caer de espaldas y que Zoe cállese encima mía, pero no pude dar ese giro magistral en mi realidad, solo era la película que se estaba montando en mi cabeza durante esos diez minutos de caída, el día que caí con Zoe.

Finalmente opte por las rodillas de lleno  y los codos de refilón, me eché a Zoe , su cuerpín menudo, sobre el hombro derecho, y caí... rompí pantalones, destroce las rodillas, y fisuré el alma de madre un poquitinin.


En el suelo no hice más que preguntarle a Zoe si estaba bien y ella respondía con un , mamá estas bien, creo que sin saber muy bien que había ocurrido, intenté levantarme pero la maldita pierna no respondía, para no variar, no había fuerzas, en el suelo, sentada sobre las rodillas...me giré y no había absolutamente nadie en el parking, era como una película de terror en la que de pronto... nadie.

El día que caí con Zoe pensé que la gente era un poco sinvergüenza, no tenía claro si se habían escondido al verme, los imaginé entre los coches , agachados, solo tenia claro que los vi antes de la caída más larga de mi vida. Estaban allí y de pronto nada.

Cuando fuí capaz de mantenerme en pie , dignamente, me fui al coche ,entre risas con Zoe que seguía preguntándome si estaba bien como respuesta a mi pregunta insistente de si era ella la que estaba bien. La senté en su sillita y como Dios en el séptimo día de la creación,  me senté y descanse... Y rompí a llorar.

El día que caí con Zoe fui llorando todo el camino de regreso a casa mientras cantaba "Hazte un tatuaje" de Elvis Crespo. Zoe también cantaba sin conocimiento alguno de lo que la letra reza. Y lloré con el orgullo de mamá tocado, con el miedo de haber podido hacerle daño a Zoé, no por haberme caído sin más, por haberme caído mientras iba en esa moto de la prisa que no tenía pero que parece que a este saco de pulgas persigue. 

Y después del tiempo pasado,  de los moratones clareados,  y el orgullo algo tocado, intento dejar la moto en casa al menos cuando Zoe viene de paquete. No puedo prometer no caerme, pero voy a procurar que las pulgas descansen de vez en vez.


Comentarios

juizqrui ha dicho que…
Me fascina leerte pequeña Misis. Espero que poco a poco lo retomes porque de verdad que me fascina.

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