"De caracoles grises y color"




Solo sé que llueve , la luz se ha tomado un descanso en la calle, y yo estoy agotada de tanto relámpago, tres, dos , uno..trueno.

Es bien sabido mi problema con la memoria, es sorprendente, porque redescubro cosas una y otra vez, y me viene fatal porque tengo que apuntar todo lo que olvido apuntar para no olvidar.

He vuelto a encontrar , o eso creo, una historia ,porque si no me la envío nadie la he inventado con anterioridad en mi cabeza, que si, para que lo vamos a negar, es triste, triste, triste, yo hubiese llenado de color el final, el momento de desenvolver sentimientos, le hubiese dado mucho, mucho color, todo el color que hubiese tenido si no hubiese sido “demasiado tarde” para la historia que narra.

Siempre he tenido una obsesión casi enfermiza con eso de “no trasmitir” mis sentimientos, y no es para menos, si tenemos en cuenta que hace un mes “encontré” a mi primer amor, para descubrir después de catorce años que fui “demasiado” importante en su vida como para buscarme debajo de las piedras , piedras donde había huido creyendo que no era ese “demasiado” importante para él. Si, es tarde…él se hizo mayor y yo crecí, una pequeña gran diferencia que tal vez él no llegue a comprender.

Cuando mi padre se tuvo que marchar , yo llevaba un par de meses obsesionada con los “adioses inesperados”, lo hablamos, lo hablé con él, hicimos las maletas rumbo a Santander porque, - papá, tengo miedo de no volver a ver a los abuelos. Vamos a verles.

Como siento que esa idea me rondase el alma, pero estaba ahí, una sensación de ahogo tremenda, lo hablé con Pedro en nuestros “cinco minutos” de la oficina, una y otra vez, ¿verdad Pedro? , cuantas veces, no podía quitármelo de la cabeza, no podía dejar de sentir esa sensación de “algo pasa“.

Justo un mes antes regresábamos de Santander, y regresaba conmigo la misma sensación de ahogo, que no se había ido a pesar de haberles abrazado, besado, visto.

Las cosas pasan frente a nosotros, solo que a veces estamos empeñados en no verlas, o demasiado empeñados en buscarlas, o empeñados en creer que no son para nosotros.

Y quien tenga el “don” de invocar al “buen tiempo”, ¿se puede saber qué está haciendo?

Entradas populares