"Te voy a borrar...no, no te quiero borrar"

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Recurrente, es recurrente la obsesión por borrar el pasado, los malos recuerdos, llamémoslos malos tragos. Con un , más que probable , futuro lleno de ausencias en mi memoria, es algo que siempre me ha llamado la atención.

Obviemos las calamidades de la gente que vive en países en guerra, perdidas familiares traumáticas, asesinatos, violaciones, torturas, y otras cosas que , tal vez, solo tal vez, no son “lo normal”.

Vamos al día a día, a aquella persona que te hirió, o a aquella que se marcho , aquella que te hizo la vida imposible, la que agoto tu paciencia, tu amor, o la que no lo agoto y se fue sin más.

Vamos a ese terreno del que tanto me gusta escribir y tan poco hablar.

¿De verdad querríais borrar a esa persona que un día ocupo parte imprescindible de vuestra historia?, y si de borrar ese recuerdo decidimos borrarlo…¿ borraríamos lo aprendido?.

Uno tiene historias en su historia, el primer amor, el segundo, y el tercero, el cuarto , el quinto, quien se queda en el primero es que fue afortunado, siempre hablando desde el punto de vista en el que “ese primero”, ahora siga siendo ese ¡¡¡¡amor!!!, ese que lleva todas sus letras y exclamaciones , aun habiendo pasado el tiempo, los esfuerzos, y los cambios. El que tuvo un segundo, un tercero, o vete tú a saber cuántos, seguramente es porque, alguno de ellos se gano a pulso el titulo de , cabrón con pintas , o, lo muy zorra que era la buena de mi novia.

No me gusta decir tacos, pero venían que ni pintados.

A veces no es fácil, no es fácil encontrar a la persona, no quiero decir la persona adecuada, porque, adecuado no es más que un color, según a quién le sienta bien o mal, no es fácil a veces encontrar a esa persona que escriba esas letras junto a esas exclamaciones para toda una vida, o para lo que dure, lo importante es no convertirse en un mal recuerdo.

Entre el primero y el último, pongamos aun por venir, o aún por volver, o aún por quedarse, siempre hay ese punto de inflexión, ese que muchas veces quieres olvidar, borrar.

Quieres olvidar porque habitualmente, cuando ha existido ese segundo o tercero, o primero , tan sumamente nefasto, es mucho más complicado volver a dar todo de nuevo, se crean los miedos, los tan temidos miedos, miedo a sentir más, a querer más, a perder, y el irremediable miedo que todos llevamos escondido dentro, miedo a no ser queridos, a no ser correspondidos.

Los seres humanos, unos más que otros, tenemos la mala costumbre de sucumbir a los miedos de la misma manera que sucumbimos a la pasión y a los deseos. Somos capaces de huir solo por miedo, aun queriendo quedarnos.

Yo, no quiero olvidar todo lo que aprendí, por lo que no quiero olvidar a , mí cabrón con pintas, así que pondré mis esfuerzos en no tener miedo, aun teniéndolo. Porque, quien sabe, igual si decido olvidar parte de lo que me ha herido, desaparezcan otros recuerdos que no quiero que se escapen de mí.

Vosotros, ¿ dejarías que jugasen con vuestros recuerdos?


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